Cuando tu mundo se caiga a pedacitos, agarrate de la locura.


lunes, marzo 21, 2011

Ellos eran la pareja más feliz del colegio, o al menos eso parecía. Siempre iban de la mano, el la besaba en la mejillas y se abrazaban, se reían juntos, se amaban. El era alto, de pelo marrón, y unos ojos celeste cielo que nadie podía resistir. Ella le llegaba al hombro, era flaca y tenia cabello rubio que le llegaba a la cintura. Todos los días se quedaban en el bar de la esquina  besándose y charlando de su futuro. Se veían tan bien juntos.
Un día el se dio cuenta de que ya no la amaba, le comento su decisión de dejarla una tarde de abril, en el mismo bar de la esquina, le pidió perdón, pero eso no basto para consolar el dolor de la chica rubia. La dejo llorando en la mesa de siempre, mientras tomaba lo de siempre. Ella se quedo hay, - ya volverá- pensaba, pero no  fue así, nunca volvió, ella todas las noches llora su ausencia, pero el nunca parecia escuchar sus gritos de soledad.A pesar de haber tenido otros novio, nunca lo olvido.
 El, después de algunos años sin pensar en ella, despertó llorando, la extrañaba, no sabia porque, pero la necesitaba, la quería, la había vuelto a amar, la deseaba a su lado nuevamente. Intento recordar su número telefónico, pero fue en vano, fue a su antigua casa, pero no había nadie. Habían pasado tantos años que era imposible saber de la vida de la rubia ahora, no sabia que carrera había seguido, si se había casado, si se había ido a vivir a otro país. Lo mas probable era que ella ya se hubiera olvidado de el, que estuviera casada con alguien que la mereciera, con alguien que no la abandone como el había hecho, decidió dejar de buscarla por el bien de la mujer que amaba, pero el no podía vivir sin ella, sin sus besos, como la extrañaba. Lloraba todo el día y nadie podía sacarlo de su pieza, la deprecion de no tenerla aumentaba con los días, horas, minutos.
Un día, decidido a seguir con su vida, pues, había perdido 10 años, y el no se hacia mas joven, salió de su casa, para ver a sus viejos amigos, y la vio, después de unos segundos de contemplarla, corrió hasta donde ella estaba, la abrazo y le dijo que la amaba.
Ella se quedo atónita, no sabia que hacer, abrazar a su amado  o reprocharle que se había ido, decidió hacer lo primero, lo abrazo, durante unos segundos eternos, se había olvidado de cómo era abrazar a alguien que amabas tanto. Ella le susurro en el oído que también lo amaba, ya ambos tenían 50 años. Se fueron de la mano a ver que les tenía preparado el destino. –Por fin estoy completa- pensó ella. -por fin estoy completo- pensó el, mientras la besaba con el mas tibio de los besos.